Si bien en
cuestiones de aporte energético, el consumo de ambos tipos de panes proporcionan
similares cantidades de calorías (alrededor de 250 cada 100 grs.), el pan blanco y
el pan integral no se parecen en nada en cuanto a los nutrientes que pueden
aportarte.
El pan integral
contiene importantes nutrientes beneficiosos para tu organismo. Y esto se debe
a que no ha sido sometido a ningún tipo de refinado. A los panes blancos
procesados suelen añadirle vitaminas a la harina. Sin duda alguna, es mejor
obtener los nutrientes del grano en sí.
El pan
integral contiene un alto contenido de fibra debido a la presencia de salvado.
En cambio, el pan blanco procesado, al sufrir de un proceso de refinado, queda
privado de la fibra. ¿Y para qué es buena la fibra? Para reducir el colesterol
de lipoproteínas de baja densidad, contribuir a la salud del corazón y brindarte
mayor sensación de saciedad.
A su vez, el
pan integral contiene más gramos de proteínas que el pan blanco. La
concentración de éstas puede variar según el pan integral: a mayor “dureza” del
pan, mayor nivel de proteínas.
El pan
integral conserva el germen de trigo, el cual contiene muchos nutrientes tales
como vitamina E (mejora tu piel y tu pelo), ácido fólico y Omega 3
(te protege de las enfermedades cardíacas y mejora el funcionamiento cerebral).
Inclusive, el pan integral te brinda los carbohidratos necesarios para que tu cuerpo se desarrolle con óptima energía y como éstos son bajos en el índice glucémico, pueden también ayudarte a perder peso.
Luego de
leer esta nota; ¿Qué pan vas a escoger de la próxima panera de tu restaurant
favorito?