jueves, 1 de marzo de 2012

Bajar de peso comiendo: la dieta disociada

Para aquellos que están cansados de probar dietas que lo único que hacen es producir el famoso efecto "rebote" posterior, en la actualidad puedes bajar de peso sin tener que "matarte" de hambre y comiendo un poco de todo. Recuerda que siempre existen dietas variadas que prometen soluciones mágicas para bajar de peso en pocas semanas y que, en realidad, no son efectivas a largo plazo.

Algunas personas que sufren sobrepeso u obesidad, suelen sentir la necesidad de bajar lo antes posible sus kilos de más, sin evaluar qué hábitos son los correctos para poder adelgazar sin dejar de alimentarse bien. Aquellas dietas que son extremadamente rigurosas en cuanto a la variedad y la cantidad de lo permitido, pueden resultar muy efectivas para bajar rápidamente de peso, pero sus costos pueden ser altos en referencia a sus resultados en el tiempo.

Lo que no debemos hacer

El efecto rebote es común cuando la persona llega a su peso ideal y retoma sus viejos hábitos desordenados, volviendo al sobrepeso inicial e inclusive, a uno mayor. Es común que una persona habituada a comer holgadamente, cuando comienza una dieta estricta, sienta que tiene hambre todo el tiempo. Tener que estar pensando y midiendo aquello que está permitido, cuántas calorías aportan y si se ha ingerido la cantidad apropiada al final del día, puede resultar incluso estresante.

Tampoco aquellas dietas acompañadas de laxantes, diuréticos, anfetaminas y similares han demostrado ser exitosas a largo tiempo. Ellos pueden también alterar el carácter y el estado anímico. Por este motivo, es importante bajar la ansiedad con el tema del tiempo que puede llevar lograr el peso ideal y armarse de paciencia para poder adelgazar paulatinamente, alimentándonos bien y quedando satisfechos.

Hace ya unos años ha surgido un nuevo concepto para bajar de peso y mantenerlo en el tiempo denominado "dieta disociada". Su nombre hace referencia a "disociar" la comida en dos categorías: las compuestas por hidratos de carbono y aquellas que pertenecen a las proteínas. Esta forma de alimentación se basa en mantener una alimentación variada, sin poner límites en las cantidades siempre y cuando se respete una premisa fundamental: no mezclar los hidratos de carbono con las proteínas.

Ello se debe a que el proceso de digestión, absorción y eliminación es mucho mejor, reduciendo considerablemente la formación de grasas en el cuerpo. Otro punto importante es la distribución de la comida durante todo el día. No es cuestión de no comer o comer pocas veces al día, sino de comer pequeñas cantidades o ingerir infusiones, varias veces al día.

Cómo comer

Antes que nada, para bajar de peso habrá que conocer cuáles son los alimentos que pertenecen a la categoría de hidratos de carbono y cuáles los que son proteicos. Ingerir al menos 2 litros de agua por día ayudará de gran manera, además de colaborar para la desintoxicación del organismo. La bebida no debe mezclarse con las comidas, deberá tomarse cada vaso de agua en los tiempos libres de ingesta de sólidos con un intervalo de media hora.

El desayuno o la merienda
- Un zumo de naranja o pomelo (dejar pasar media hora).
- Ingerir una porción de queso o un yogurt desnatado.
- Un café con leche.

El almuerzo
Una comida compuesta por el consumo a voluntad de pan, arroz, legumbres, pastas, farináceos, excluyendo totalmente aquellos que son hiperproteicos.

La cena
Lo contrario al almuerzo: una dieta hiperproteica que puede estar compuesta por: huevos, pescados, carnes, leche y quesos, estando prohibidos los hidratos de carbono.

Frutas
Se podrá consumir la cantidad de frutas deseadas y las veces que quiera, siempre fuera de hora y solas. Es recomendable mantener este orden y no al revés. Una cena hiperglucémica puede perjudicar la funcionalidad hepática y aumentar los valores de colesterol, como también dificultar el sueño nocturno y despertarse con molestias matutinas tales como cefalea, boca pastosa o mal aliento.

Dicha dieta ofrece resultados satisfactorios, tanto para aquellos que deseen mantener su peso como para aquellos que han fracasado con otras dietas. Se puede lograr bajar de peso alrededor de 3kg. al mes, dependerá también de cada organismo y el exceso de kilos.

Alimentos que no pueden mezclarse en la dieta disociada

La carne y el pescado nunca con el arroz, ni la leche ni la fruta.
La pasta solo se pude mezclar con verduras: champiñones, ajo, aceite y hierbas.
El arroz solo con verduras. Se permite una vez por semana, con pollo o paella.
La fruta ácida con las dulces. Tener cuidado con las ensaladas de fruta.

Cantidades recomendadas

Legumbres: 1 vez por semana, se puede acompañar a las lentejas por ejemplo con verduras y pollo.
Verduras: se pueden consumir prácticamente todas y mezclarlas con casi todo excepto con las frutas.
Huevos: no más de media docena por semana.
Lácteos: todos desnatados y naturales.
Quesos y pescados: todos.
Carnes: pollo y pavo a gusto. Cordero y conejo, una vez por semana.
Aceite de oliva y vinagre de manzana para condimentar. Mayonesa light.

Algunos alimentos prohibidos: los fritos, el pan blanco (únicamente integral si es necesario), los frutos secos, las patatas, el cerdo, los azúcares, los plátanos, los higos y el alcohol.

Platos permitidos y sabrosos:
Arroz con pollo, paella, spaguetti con pisto, caldereta de cordero, pulpo a la gallega, acelgas rehogadas con jamón serrano, revuelto de calabacines, pescado a la plancha con verduras, entre otros.

Imanes en la heladera; ¿son peligrosos para la salud? 2023


Una gran confusión causó la difusión de un estudio realizado con ratones que fueron sometidos a experiencias de alimentación obtenidas de heladeras cubiertas con imán en su parte exterior. El resultado arrojó la premisa de que un alto porcentaje de estos animalitos podrían padecer cáncer tras consumir dichos alimentos provenientes de la heladera o refrigerador "influenciada" por las ondas electromagnéticas de los imanes.

Pero esta afirmación es totalmente falsa y carece de argumentación. Los imanes no emiten radiaciones ya que no producen ondas electromagnéticas. Los imanes sólo generan un pequeño campo magnético, del orden de micro Teslas. Además, hay que agregar que la puerta metálica de la heladera estaría funcionando como escudo, motivo por el cual, no habrá ningún tipo de campo magnético del otro lado.

Por otra parte, para que un alimento se viera afectado, debería estar vivo. A menos que se guarde un pollo o una vaca viva en la heladera, difícilmente podrán recibir dichas "ondas cancerígenas".

Hay que entender que existen las radiaciones electromagnéticas y también los imanes, pero no se relacionan entre sí. El imán posee un campo magnético, pero dichos campos no emiten radiaciones. Los imanes tampoco afectan a cosas que no son ferromagnéticas, o sea, a todo aquello que no es atraído por imanes, un ejemplo, el hombre. Los alimentos tampoco son ferromagnéticos. Por estas razones podemos argumentar que los efectos de un imán sobre una lechuga o sobre el hombre, son inapreciables.

En realidad, estamos rodeados de otros aparatos que sí deberían preocuparnos: tales como la onda de radio que emite la televisión, el celular, la luz infrarroja, los rayos X, los rayos gamma, etc.  Los imanes tampoco emiten radiación electromagnética. Así que a despreocuparse y seguir colocando esos bellos adornitos en la heladera.

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